Como te adelantábamos, la otra condición para poder reclamar los gastos del préstamo es que lo pidieses como consumidor.
Pero, ¿quién es un consumidor al solicitar un préstamo?
Para simplificar podemos decir que es una persona física (no una sociedad limitada o sociedad anónima o una asociación) que no destina el dinero del préstamo a ninguna actividad empresarial o profesional.
Por ejemplo, sí es consumidor quien pide un préstamo para comprar una vivienda para su uso privado, sea su vivienda habitual o no, para reformar su casa, etc.
Por el contrario, no será consumidor, y no puede usar este procedimiento, una sociedad que pidió un préstamo con garantía hipotecaria para comprar una nave, o un abogado o un cocinero que pidieron un préstamo para montar sus oficinas o un restaurante, por ejemplo.
Si hablamos de un cocinero o un abogado que han pedido un préstamo para comprar su vivienda, como no actúan ni como abogado ni como cocinero, sino como “personas físicas fuera de su actividad empresarial o profesional”, sí podrían adherirse a nuestra propuesta para esos casos.
Porque todo se fundamenta en declarar la nulidad de una cláusula de acuerdo a una ley que sólo se aplica a “consumidores”. Si no eres consumidor, sencillamente esa ley no te ampara, y por tanto, no la podemos usar para declarar su nulidad.
La sentencia 705/2015 de 23 de diciembre del Tribunal Supremo habla sólo de consumidores y por lo tanto la jurisprudencia afecta a consumidores.
Que no seas consumidor no impide que puedas ganar tu reclamación pero sí se reducen las posibilidades porque no se ajusta a todo lo que estás leyendo en esta guía.
Nuestra especialidad es defender a consumidores.
Si es tu caso te explicamos qué tienes que hacer exactamente para recuperar los gastos de tu préstamo.